SAAB (VERSIÓN DIGITAL DEL GOBIERNO DEL ESTADO MÉRIDA) POR J. URE

Anotaciones sobre el libro «Saab»: la poesía como voz política

«Un poeta singular en el pensamiento anti-poético de Alberto Jiménez Ure»

Por José Luis Centeno S.

(https://www.elnacional.com/author/col-joseluiscenteno/)

En un libro que combina elementos políticos, literarios y poéticos, Alberto Jiménez Ure (1)  reflexiona sobre la figura de Tarek William Saab (2) destacando su talento literario y su compromiso político. Lejos de ser una exaltación, a través de un lenguaje poético y evocativo, resalta la importancia de la poesía como forma de expresión y critica la indiferencia de algunos hacia los derechos humanos.

El autor profundiza en la conexión entre la poesía y la política, aspectos que se entrelazan en el libro en cuestión titulado Saab (3), en el cual describe al poeta estudiado como un mensajero del tiempo. Alguien que encarna el principio poético y transmite un mensaje. Afirma de él que es un poeta inclinado al misticismo, pero también que lleva la impronta de sus responsabilidades públicas.

A renglón seguido, el autor enfatiza la importancia de la poesía al afirmar que nunca quedará obsoleta ni será irrelevante. Por ello, alude la discusión en torno a los conceptos de Mal y Bien, ambos sustantivados por el autor para separar sus cualidades. El autor también hace referencia al concepto de «logocentrismo» de Jacques Derrida y su fusión con el «centrismo», destacando la importancia del lenguaje y el discurso en la configuración de nuestra comprensión del mundo.

Ure utiliza metáforas y figuras retóricas para expresar ideas y emociones de manera poética. Por ejemplo, menciona la metáfora de Saab perdiéndose en un eje que nunca encontró, cavando su caída en los farallones de Chimire y los témpanos de Alaska. Además, el autor hace uso de referencias literarias, v.gr.: se refiere a José Antonio Ramos Sucre, un escritor reconocido y poeta venezolano, para destacar la influencia de la poesía en la narrativa filosófica desde la Antigüedad.

Asimismo, reflexiona sobre la función del poeta y la importancia de la poesía en la sociedad. En ese sentido, destaca la relevancia de la poesía como medio para reparar lo torcido en los hombres y expresar sentimientos de felicidad, desconcierto, iracundia o protesta.

El texto Saab contiene elementos tanto políticos como literarios. Por un lado se reflexiona sobre el papel del poeta como hacedor y su capacidad para influir en la sociedad. El autor expone referencias y utiliza un lenguaje poético-evocativo para describir la poesía de Tarek William y su conexión con su ascendencia y entorno. Ubica al personaje entre el misticismo y la esquiva frivolidad del inmediatismo.

Por otro lado, se abordan temas políticos como la lucha contra la injusticia social, la explotación del hombre por el hombre y el rechazo a regímenes totalitarios y dictaduras. También se critica el economicismo capitalista internacional y se mencionan situaciones de violencia política y confrontaciones entre países.

A juicio de quien escribe, salvo mejor opinión, es acertada la combinación de elementos políticos-literarios en el texto. En esta se aprecia el virtuosismo en la prosa de Alberto Jiménez Ure. El uso de metáforas y figuras retóricas, así como la habilidad para combinar diferentes géneros literarios, demuestran su destreza y maestría en el manejo del lenguaje. Además, destaca su capacidad para evocar emociones y reflexionar sobre temas profundos y complejos, se muestra hábil-persuasivo para transmitir ideas de manera poética.

En términos poéticos, el aspecto de mayor relevancia resaltado por el autor de Saab es la capacidad de la poesía para transmitir emociones y reflexiones profundas, como la que él hace en el texto a partir de la figura del Tarek William Saab poeta en ejercicio de altas funciones públicas (pese a lo controvertido del intelectual ante la opinión pública)

De allí que el autor destaque la importancia de la poesía como una forma de expresión que va más allá de la opacidad del fatalismo y que permite al poeta levantarse y renacer con una luminosidad increíble. Además, menciona a varios poetas cuya poesía considera impresionante, lo que resalta la importancia de la belleza y la fuerza de la palabra poética.

En línea con Ure, la reflexión sería que, a pesar de las adversidades y los fracasos, es importante mantener el optimismo, la mirada serena y el paso firme. Aunque el ser humano pueda enfrentar sufrimientos, caídas y derrotas, siempre existe la posibilidad de levantarse y renacer con una luminosidad increíble. Esta actitud de resiliencia y esperanza es fundamental para seguir adelante y buscar la justicia social, la fraternidad y la paz en el mundo.

Sobre Jiménez Ure y sus atrevimientos literarios, recordemos las inferencias de Leonardo Pereira Meléndez (4):

-«Para escribir se debe ser libre, y yo, siempre lo he sido. De allí mi admiración por Alberto Jiménez Ure, el único hacedor que escribe con una libertad envidiable, aunque, filosóficamente, no comparta todos sus ideales»

La interpretación posible de lo dicho por Pereira Meléndez es que valora la libertad en la escritura y admira a Alberto Jiménez Ure por su capacidad de escribir con una libertad envidiable, a pesar de no compartir todos sus ideales filosóficos. Esta interpretación sugiere que la libertad de expresión e independencia de pensamiento han de ser valoradas y apreciadas, incluso si no se está de acuerdo con todas las ideas de una persona, algo que Alberto Jiménez Ure propone líricamente al analizar la obra de un poeta singular.

NOTAS.-

(01) https://ejerciciosescrituraleshome.files.wordpress.com/2023/09/curriculum-literario-expediente-de-alberto-jimenez-ure-2023.pdf

(02) https://tarekwilliamsaab.com/biografia/

(03) JIMÉNEZ URE, Alberto: SAAB. «Gobierno del Estado Mérida-Venezuela», 2023 [https://imprenta.merida.gob.ve/dirinsti/]

(04) https://ve.linkedin.com/in/leonardo-pereira-mel%C3%A9ndez-02a76575

(https://twitter.com/jolcesal)

ALGUNOS INTELECTUALES QUE HAN ESCRITO SOBRE OBRAS DE J. URE

(Ednodio QUINTERO/Juan CALZADILLA/Alexis VÁZQUEZ CHÁVEZ/Ennio JIMÉNEZ EMÁN /Teódulo LÓPEZ MELÉNDEZ/José Antonio YÉPES AZPARREN/Néstor L. RIVERA URDANETA/Héctor LOPEZ/Marisol MARRERO/Carlos DANÉZ/Juan LISCANO/María Conchita MAURO C./Isabel ABANTO ALDA/Ramón AZÓCAR/Manuel GAHETE/Luis BENITEZ/José Manuel BRICEÑO GUERRERO/Alberto José PÉREZ/ Gabriel JIMÉNEZ EMÁN/ Luis DE SAN MARTÍN/ Pedro RANGEL MORA/ Lidia SALAS/ María Antonieta FLORES/Enrique PLATA RAMÍREZ/ Juan LISCANO/Gustavo GUERRERO/Ángel J. CAPPELLETTI/Sebastián ARENA/Gabriel MANTILLA CHAPARRO/Melissa UGANDA/Javier Alexander ROA/Juan Gregorio RODRÍGUEZ SÁNCHEZ/José SANT ROZ/Mauricio NAVIA A./JUAN ANTONIO CALZADILLA ARREAZA/ROBERTO J. LOVERA DE SOLA/MARÍA DEL AMPARO PASTOR Y COS/Rodolfo QUINTERO NOGUERA/

Leonardo PEREIRA MELÉNDEZ/ Oscar ALBAN/ José SANT ROZ/ Joan Sebastián ARENA ARAUJO/ Rafael RATTIA/

Eliéser William OJEDA MONTIEL/

José Jesús VILLA PELAYO/)

CURRÍCULUM LITERARIO (EXPEDIENTE) DE ALBERTO JIMÉNEZ URE-2023

«Está emparentado, en esencia, con la obra de dos gigantes de la literatura, si literatura se puede llamar lo escrito por KAFKA o por BECKETT. Si en vez de haber nacido en Venezuela JIMÉNEZ URE perteneciera a un país desarrollado, su obra -fundamentalmente indagadora de un más allá- ocuparía aquí un puesto de reconocimiento. Nada tiene que ver con lo fantástico: una receta»

«En su obra hay videncia; hay intuiciones espirituales trascendentes; hay erotismo sádico-masoquista, me atrevería a decir, casi redentor, por lo purgativo; hay ciencia-ficción; hay cultivo del crimen como acto de rebelión total; hay preocupación interior por el destino humano; hay develamiento, blasfemia, insultos congelados, parodia de secretos íntimos, aberraciones, incesto, invocación sesgada demoníaca, delirio, maleficio, descomposición, fermentaciones enigmáticas» https://es.slideshare.net/julesmacdonaldpensador/juan-liscano-sobre-cuentos-escogidos

(Juan LISCANO)

DESCARGA «CIUDAD-NOCHE-REINO» DE MIESES

LAS MIESES DE BENITO EN EL ALTAR Y LA OFRENDA

Por Miguel Alfonso Márquez Ordóñez

(Caracas, 18 de octubre de 2020)

Como mi intención siempre fue escribir unas palabras en busca de ideas que me permitiesen viajar junto a mi amigo Benito Mieses por los mares de la lectura adonde llegue este libro de poemas, el hecho de que se perdiera lo que escribí la semana pasada –cuando él me convocó a redactarlas como prólogo urgente a una publicación digital que se montaría en unos pocos días–, pienso ahora que este no fue un naufragio definitivo, aunque fue un golpe de la tormenta muy severo, es verdad. Además, me encantó lo que hice, pero la HP entró en una crisis radical en todos los sentidos y en su eclipse borró algunos archivos, entre ellos, el de los apuntes de lectura que había hecho del libro de este poeta, artista plástico, chamán y amigo querido por mucha gente, que nació en el Zulia y es coriano, caraqueño, merideño y tiene también algo de valenciano. Es decir, él es un proyecto de varias artes y varias ciudades. Más errante que sedentario, más explorador que un clásico de cualquier cosa, su vocación es el tránsito, el pasaje, la circulación, la experimentación. Entonces, ante la ausencia del archivo original, ante esa pérdida sorpresiva, me quedo con los repiques de la aurora, con el deseo de estar junto a él en este libro que aparecerá en breve y toco madera para no quedarme encerrado en casa y salir, como dije, a la aventura, eso sí con un tiempo más breve, casi sin tiempo, para darle

la vuelta a una especie de mínima presentación. En este libro, que reúne textos que seleccionó de dos poemarios de Benito el editor Ángel Malavé, uno encuentra como un movimiento pendular que no implica solo el desplazamiento formal de las diversas extensiones de los poemas, por ejemplo, sino también otra cosa quizás más importante: direcciones de dos maneras de ser que apuntan a extremos que se convocan y repelen. Son las tensiones internas o la dialéctica del espíritu aquí presente. De un lado, esa tendencia a marcar distancia de lo que acontece, de los hechos, del transcurso de las pasiones y lo viviente, para permitirse el trazo, la oración simbólica y poética que le permita dar cuenta del dibujo verbal que sea capaz de aquietar lo que sucumbe, lo que se hunde, lo que desaparece, lo que se traga el mundo con esa voracidad en fuga:

una mano deja un signo

un grito gráfico en la pared

para que el olvido no la trague

y es objetivo el objeto

Es la letra contra la muerte, la poesía como la vida que resucita y se hace presente en lo que tiene vocación de permanencia, de presencia, de estar ahí en medio del fogueo contra aquello que mueve fuerte hacia el final, hacia el callarse. Es esta la dirección de alejarse para ver mejor, para poder contemplar, meditar, escribir, pintar o dibujar. Es la tierra ideal para enfocar a la ciudad, es decir, al cuerpo, es decir, al misterio, es decir, a lo hermoso y a lo terrible:

esta ciudad nos acoge a todos

templa la voz, anima el vértigo

crece desordenadamente en nosotros

nuestra selva de concreto

altar de goce y sacrificio

El cuerpo, ciertamente, es el lugar del altar y la liturgia y la ciudad es su templo, porque aquí, si no algo religioso en el sentido estricto, hay algo de rito, de oraciones, de insistencias, de duelos, de gritos, de reconciliaciones:

Hablo de gatos en basureros

sin arenas, ni tías ricas,

ni visiones filantropicas

sino maullando, cazando soledad,

a gritos sus ardores

un gato «gato»

que pendula entre la luna

y la cornisa

escarbando en el detritus

el manjar que lo alimenta

Estos son los gatos de las catedrales simbolistas de Baudelaire, de las catedrales callejeras de Benito, del cuerpo en ofrenda que «se mece como un príncipe /nocturno/errante y elegante/entre desperdicios y orinadas». Por aquí van sus rezos y sus rachas, y por allá la raya que le pone al pavimento para poder asir desde allí lo que persigue con sus manos, con sus dedos, con

sus palabras.

Esta dirección hacia la posibilidad de ver sin involucrarse en la dinámica absorbente de lo que ocurre, está dicho de manera muy bella en el poema que le escribe a su hijo «Uanadi» (el de las esferas milagrosas):

extraño iluminas

firme como una roca

que contempla el fluir del río

Este es su paso al margen, no lanzarse al fluir del río sino colocarse en la posición contemplativa.

Por otro lado, están los poemas donde ese fluir se convierte en llamadas atendidas (que dicen que son las que duelen más), en voces, gentes, concentraciones. La ciudad se viste de fiesta y no tolera preguntas ni disfraces, la ciudad lo único que quiere son hermosos feligreses, poetas de las alcantarillas, versos del amanecer enchumbado con sílabas anegadas de mezcal, y por esta senda la carretera es larga y apasionante en su desvarío.

Por otro lado, en realidad, van sus poemas, construidos con una conciencia del idioma cada vez mayor, con un gusto evidente en la creación de sus artefactos, con una honestidad de vida transfigurada en versos, con palabras que testimonian tanto el resplandor como el ocaso y, sobre todo, las palabras que nos dan una conversación querida, unas preguntas entrañables para sentirlas como gente amiga de uno, como gente que a uno le acompaña. La ciudad, como dije es lo suyo, la ciudad y el cuerpo, la ciudad y sus distintas vías, avenidas, comercios, edificios, calles y muchas amigas y mujeres. La ciudad y la errancia, la ciudad y los cuerpos en exilio. Finalmente, quien lea estas páginas tiene que darle respuesta a la pregunta por dónde va este libro. Lo único que pienso, en verdad, es que este poemario va por la ruta de los mejores regalos del cuerpo y del espíritu.

DOCUMENTOS DE INTELECTUALES VENEZOLANOS NOTABLES (JUAN LISCANO SOBRE LA LITERATURA VENEZOLANA)

CARTA DE JUAN LISCANO DIRIGIDA AL ESCRITOR ALBERTO JIMÉNEZ URE

[Caracas, 11 de Marzo de 1979]

Querido Jiménez Ure.-

Hace un par de años, más o menos, recibí una suerte de libro cuyo título me interesó: Acarigua, escenario de espectros [I]. Leí algunos cuentos y me dije: «este escritor está buscando salirse del molde narrativo venezolano acostumbrado, está bien». Y guardé la publicación. Cuando le llegó la misma obra dedicada a Elvira Orphée [II], establecí la relación con usted y me encantó.

Luego llegó Acertijos [III]. He releído su libro anterior y este nuevo, y voy a comentarlos en Zona Franca [IV], con el seudónimo de Lorenzo Tiempo, que es el mío. Esta anunciada nota se demorará porque la revista, no lo olvide, es bimestral y, además, anda atrasada. Es lo que explica que su cuento no haya aparecido aún. Pero está ya tipeado y compuesto en uno de los dos próximos números, no sé si el 11 o el 12. Ya la nota no podrá aparecer sino el 13 o 14. La vida de una revista bimestral es lenta, en comparación con las páginas literarias.

Con respecto a sus libros, debo confesarle que me gusta más el primero. Umbral de otro mundo [V] es difícilmente igualable en «horror lírico» y establecimiento en el espanto espectral. Creo que el hallazgo, por su parte, de una forma de narrar diferente, le otorga a Acarigua… una frescura de inventiva que, en parte de los cuentos de Acertijos, resulta reiterativa. Sin embargo La fórmula, El recurso e Incisión [VI] son sorprendentes.  Pero La voluntad y El verdugo piadoso [VII], de su libro anterior, cuyo denominador común es la muerte, resultan más logrados, más brotados en una realización como un gesto, como un dibujo hecho en un solo trazo, sin levantar la pluma.

La fuerza de los cuentos fantásticos breves de un Borges [VIII], por ejemplo, no estriba sólo en la sorpresa y el tema, sino en la perfección idiomática, que no constituye un obstáculo, sino una transparencia. Pero debo manifestarle que la escritura narrativa venezolana, desde Díaz Rodríguez, inclusive, peca por exceso de adjetivos, proliferación verbal o bien por desaliño, desacierto expresivo. Le hablo como amigo deseoso de que usted se logre y logre su propósito bien intuido por Calzadilla [IX], en las breves palabras de exordio a Acertijos.

Leí en Ultimas Noticias un trabajo suyo quejándose de que no se prestara atención crítica al relato fantástico. La verdad es que en Venezuela no se presta atención a la Literatura. No pasa nada con ella, salvo cuando un factor de escándalo, con repercusión en los medios de comunicación, alerta al público.  Por ejemplo, el lío formado en torno al cuento de Garmendia [X], El inquieto anacobero, mediocre relato por lo demás, en comparación con lo mejor de este escritor.

Convénzase, Jiménez Ure, los venezolanos, en general, carecen de interés por la Literatura en si y gustan más bien del best seller bien promovido y cinematografiado, de piezas de escándalo, de eso que llaman documento, sobre todo político o de historia vernácula (verbigracia: las ediciones de conversaciones de El Ateneo, las experiencias de hampones y guerrilleros, etc.).

Venezuela es un país sin tradición creativa literaria. Gallegos, después de su gran trilogía Doña Bárbara, Cantaclaro y Canaima, se asustó de sus fantasmas interiores, y suplantó la creación literaria por la acción política. Fuera de esos tres libros, lo demás es malo, malo. La nombradía política le gusta más aun escritor que el trabajo auténtico creativo, porque este no retribuye en prestigio social. Pero eso sucede porque, a su vez, la gente es indiferente a la labor creativa literaria. Le repito, en literatura, aquí no pasa nada, salvo cuando factores extraños a la misma, entran en juego. Y esa  es la tentación peligrosa para el joven deseoso de imponerse: buscar el escándalo para atraer la opinión, el público.

Muchos de los desplantes escriturales o públicos culturales se deben a ese deseo de llamar la atención. Pero eso es caer en el juego de inoperancia literaria, de bastardaje o de ignorancia. Hay que resignarse con voluntad pesimista de combate y estoicismo: los escritores y la literatura son minoría y para minorías. Si se quiere ser estrella, en un país como el nuestro, allí están las telenovelas y la política.

¿No le causa náusea la unilateralidad de los programas matutinos, donde cada mañana desfilan los mismos políticos rotados, contestando las mismas preguntas imbéciles?

¿Y qué decir del despliegue de información sobre los avatares de las estrellas de TV, la calvicie amenazadora de Amundaray y la irritación de su vista, el embarazo de la Primerísima y su divorcio, la operación estética de Miguel Ángel Landa, los acné por angustia de Marisela Berti? [XI]

Por mi parte acepto –y creo que esta circunstancia resulta favorable- el carácter minorista de la poesía, la poca recepción de la Literatura verdaderamente creativa o humanística, la marginalidad del verdadero creador, la ignorancia en torno a la vida secreta del creador. En mi propia vida conozco la indiferencia hacia el acto creativo, de los venezolanos. A mi, por ejemplo, se me conoce como nombre público, pero casi nadie sabe por qué sueno. A lo sumo recuerdan que actué en programas de TV, que han visto mi foto en la prensa –sin atinar a precisar por qué motivo-, que me han atacado políticamente.

Hace poco hice un mini-crucero y la chica venezolana de la oficina, al ver mi nombre y pasaporte, me dijo conocerme. Le agradecí, y me preguntó si yo no era una figura importante del deporte. Otras veces me saludan en reuniones porque les suena mi nombre y no saben que soy escritor (unas veinte obras y un monte de artículos, entrevistas y ensayos).

Por momentos me pongo cruel. Así, dos veces que me felicitaron sendas personas por lo publicado recientemente. Tuve la insistencia de preguntarles qué era lo publicado. Se embrollaron. Insistí aún más, preguntando si se trataba de poemas, artículos o entrevistas. Estaban desesperados y tartamudeaban. No sabían cómo zafarse de mí y yo los retuve lo más posible con mis preguntas. Pero generalmente me importa un bledo y simplemente confirmo el no saber leer de los venezolanos que están teóricamente alfabetizados.

Para terminar esta larga misiva: yo he señalado varias veces (vea el Panorama de la Literatura Venezolana Actual) la carencia de literatura fantástica y el carácter cansonamente realista, sociológico, de nuestra narrativa. Lo que pasa es que son muy pocos los que escriben dentro de otro ámbito. Usted y Quintero [XII] son de los mejores, y hay algunos otros. Me voy a poner a buscar. Mientras tanto reciba, junto con un libro mío que quizá desconoce, un abrazo.

Juan Liscano

[Con la firma ilegible]

NOTAS

[®, caducados] Publicada por el diario Frontera, Mérida, Venezuela (Octubre 27 de 2004).

[I] Este formalmente «iniciático» libro de Jiménez Ure, y que efusivo cita Juan Liscano, fue publicado bajo las Ediciones Punto de Fuga, en Mérida, Venezuela (1976).

[II] Novelista argentina con la cual el poeta Juan Liscano estuvo casado.

[III] Edición de Universidad de Los Andes, «Consejo de Publicaciones»  (Mérida, Venezuela, 1979)

[IV] Importante revista literaria venezolana, ya extinta, que fue dirigida por Juan Liscano.

[V] Cuento inserto en Acarigua, escenario de espectros (Ob. cit).

[VI] Los tres textos fueron compilados en el volumen Acertijos, de cuentos (Universidad de Los Andes, «Consejo de Publicaciones». Mérida, Venezuela, 1979)

[VII] Ambas narraciones fueron incluidas en Acarigua, escenario de espectros (Idem.)

[VIII] Liscano se refiere al fallecido escritor argentino Jorge Luis Borges (1899-1986), autor de Historia universal de la infamia y Ficciones.

[IX] Alude a Juan Calzadilla (n. en 1931), uno de los poetas mayores de Venezuela. Autor, entre otros libros, de Dictado por la jauría y Bicéfalo.

[X] Mucho antes de su muerte, ya Salvador Garmendia (n. en 1928, a quien el escritor peruano-español Mario Vargas Llosa le hallaba semejanzas físicas con Rasputín) disfrutaba de una merecida notoriedad literaria nacional. Por haber escrito El inquieto anacobero, relato publicado en El Nacional de Caracas, lo amenazaron con cárcel. Autor de la novela Día de ceniza, Los pies de barro y La mala vida, entre otras. Celebrado escritor de telenovelas junto con José Ignacio Cabrujas e Ibsen Martínez.

[XI] Todos los mencionados en esta interrogante fueron o son actores y actrices de la Televisión Venezolana.

[XII] Liscano se refirió al afamado escritor Ednodio Quintero (n. en 1947), autor de La muerte viaja a caballo  y Volveré con mis perros [entre otras narraciones].

FUENTE:

SEMBLANZA DE TAREK WILLIAM SAAB (POR LEONARDO PEREIRA MELÉNDEZ)

Por Leonardo Pereira Meléndez

(https://www.labiografia.com/ver_biografia.php?id=25312)

Hace algún tiempo, en una crónica publicada en el otrora diario El Impulso, de Barquisimeto, y en El Diario de Carora, titulada: «Las Estrellas confinan un drama», que, posteriormente fue recogida en un libro (01) de mi autoría: Frente al boulevard es la cosa (Letras, Derecho, Política), escribí un pequeño análisis literario sobre la obra del poeta y jurista venezolano, Dr. Tarek William Saab Halabi. En aquél entonces, señalé lo siguiente: «Tarek Williams Saab, es un poeta revolucionario en todo el sentido de la palabra. Desconozco si su amor por la «revolución» (entre comillas, porque nunca he creído en revoluciones) le viene de su vinculación amistosa nada menos que con Douglas Bravo, el General de los Guerrilleros.

Tarek y yo, nos conocimos en la Ilustre Universidad Santa María (02). Ambos estudiábamos la rama de Cultura. Su libro Los ríos de la ira, ganó Mención Especial en el Premio de Poesía de la Revista Ko’eyú Latinoamericano y Mención Especial en la III Bienal-Corpollanos. Los ríos de la Ira, poema cruel, sangriento, y, al mismo tiempo, romántico, se inicia con este verso tajante: «Hoy he dormido con el alto sol en la cama». Más adelante, Tarek demuestra que no hay poeta sin erotismo: «Tú me viste dormir por meses sin ropa, sediento». Gustavo Pereira–prologuista– tiene la duda de si Tarek continuará siendo poeta. Pero yo pienso que su poesía vibrará por largos años en la Venezuela contemporánea». No me equivoqué en la predestinación. Hoy por hoy, el Dr. Tarek William Saab es uno de los poetas venezolanos con mayor enraízo en el continente hispanoamericano y en buena parte del europeo. Graduado de abogado en la ilustre Universidad Santa María, realizó sendos estudios de postgrados, obteniendo la especialización en Derechos Humanos y en Derecho Penal. Doctor en Ciencias Penales y Criminalísticas, conferencista nacional e internacional, si bien la política ha constituido parte de su vida, toda vez que desde su juventud se destacó como líder estudiantil, habiendo sido militante de movimientos políticos de extrema izquierda, siendo apenas un adolescente de catorce años de edad, uniéndose al aguerrido ex comandante y combatiente acérrimo Douglas Bravo, siendo por una década su asistente personal (1980–1990). Siendo un adolescente casi niño tuvo participación en las pugnas estudiantiles, siempre luchando en pro de los derechos de los estudiantes, sobre todo, de aquellos sin cupos. Fue elegido presidente del Centro de Estudiantes del Liceo «Briceño Méndez» de El Tigre entre 1978 y 1980 y presidente de la Federación de Estudiantes de la zona Sur del estado Anzoátegui entre 1979 y 1980. A principios de los años noventa, ya graduado de abogado, es nombrado jefe de la oficina de derechos humanos del Concejo Municipal de Caracas, en esos años formó partedel grupo de juristas que asistía al Comandante Hugo Chávez Frías, consiguiendo interceder ante el presidente Dr. Rafael Antonio Caldera Rodríguez, para conquistar su indulto en 1994. El Dr. Tarek William Saab Halabi, nació en la población de El Tigre, estado Anzoátegui, en el seno de una familia de comerciantes libaneses, el 10 de septiembre de 1962. Ha sido parlamentario (Diputado al otrora Congreso Nacional y de la actual Asamblea Nacional); Constituyentista, gobernador del estado Anzoátegui, Defensor del Pueblo, desempeñándose en la actualidad como Fiscal General de la República.

En el escenario político ha sido objetos de críticas, sin embargo, como Defensor del Pueblo, se recuerda que él tuvo un protagónico enlace ante el Poder Judicial, acudiendo ante la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, para la impetración de libertades con medidas humanitarias a ciudadanos privados de libertad que se hallaban aquejados gravemente de salud. Yo he sido uno de los que, en ocasiones, ha criticado algunas de sus decisiones. Es el precio que debe pagar quien irrumpe en la actividad de funciones públicas. Sé que el Dr. Tarek William Saab –como artista, es categórico e incuestionable su grandeza como poeta– acepta las críticas –constructivas, desde luego–, porque como diría el gran genio Pablo Picasso: «De todos los males: el hambre, la miseria, la incomprensión del público; la fama es de lejos el peor. Es el castigo de Dios para el artista. Es triste. Es verdad. Y, Tarek William Saab, es un magnánimo artista, un espléndido orfebre de la poesía. Un ser humano que le duele las deslealtades e injusticias, que no le importa llorar las cortedades inhumanas, basta leerse dos de sus obras literarias para descubrir al egregio humanista que habita en él: Hoguera de una adolescencia intemporal (2022) y Los niños del infortunio (Cuba, 2006; China, 2007). Por cierto, en ésta última obra que cito, en uno de los capítulos, el Dr. Tarek William Saab, narra una de sus más lúgubres experiencias, como ferviente defensor de los derechos humanos, ya que estuvo una noche en un hotel, donde durmió una noche, y dos días dicho albergue después fue bombardeado, completamente destruido. Por su obra literaria ha recibido disímiles reconocimientos: Primer finalista III Bienal «Francisco Lazo Martí» del Ateneo de Calabozo (1987); Mención de honor–Bienal de Poesía «Daniel Camejo Acosta» (1991); Premio Poesía UCV (1991); Premio de poesía «Esta tierra de Gracia», Casa Ramos Sucre (1993); Primer finalista Premio CONAC de Poesía (1999). En lo que a mí respecta, tengo respeto por el abogado defensor de los derechos humanos que representa el Dr. Tarek William Saab; pero, para ser sincero a quien admiro profusamente es al liróforo y al magno humanista que hay en su alma de niño. Se puede estar en desacuerdo con el Tarek político, con el Tarek abogado, pero nunca jamás con el aeda, con el escritor que sueña con un mundo mejor. Hasta la presente fecha, el Dr. Tarek William Saab, ha publicado las siguientes obras literarias: Los ríos de la ira (Caracas, 1987); El Hacha de los Santos (Caracas, 1992); Príncipe de lluvia y duelo (Caracas, 1992); Al Fatah (México, 1994); Ángel Caído Ángel (Caracas, 1998); Cielo a media asta (Argentina, 2001. Venezuela, 2003. Cuba, 2003); Cuando pasen las carretas (Caracas, 2004); Poemas selectos (Colombia, 2005); Los niños del infortunio (Cuba, 2006. China, 2007); Memorias de Gulan Rubani (Caracas, 2007); Un paisaje boreal (Valencia, 2008. Caracas, 2009); Hoguera de una adolescencia intemporal (Caracas, 2022). En tal sentido, la Revista Jurídica Lexitum, se complace en rendir merecido homenaje al ilustrado humanista y poeta, de sublime numen poético, y al tenaz combatiente de los derechos humanos, Dr. Tarek William Saab.


NOTAS.-

(01)
Editorial Berkana, La Victoria, estado Aragua, 2004, 156 páginas.
(02)
Nos conocimos en la ilustre Universidad Santa María de Caracas, en 1985, siempre conversábamos sobre poesía y literatura. En 1987, me obsequió con una hermosa dedicatoria su poemario Los ríos de la ira y un ejemplar de una revista literaria titulada «Escorpión», editada en El Tigre, estado Anzoátegui, donde aparece un inmaculado poema dedicado a Francis Fornino, también abogada, compañera de estudios, y madre de sus tres hijos. Ese año –1987– se publicó en Carora, casualmente, mi primer poemario: Yo soy hijo de Gregoria Meléndez. Recuerdo que, en una ocasión, montados ambos en la buseta que nos trasladaba desde la sede de la USM al centro del Silencio de Caracas, le obsequié al Dr. Tarek William Saab mi poemario.

Leonardo Pereira Meléndez, escritor y jurista venezolano, director de la revista https://derechovenezolano.files.wordpress.com/2020/06/revista-lexitum

El poeta y fiscal homenajeado junto con sus mejores amigos, entre los cuales el director de la revista Lexitum

(Pereira Meléndez en el extremo derecho de la imagen, con Luis Alberto Crespo)

DAMAS NOTABLES DE LA INTELECTUALIDAD VENEZOLANA (MARISOL MARRERO)

SOBRE LA POETISA MARISOL MARRERO

[Texto leído por Flores durante la presentación pública de varios números de ALEPH universitaria, en la librería de «Monte Ávila Editores Latinoamericana», Complejo Cultural «Teresa Carreño», Marzo 25 de 1998]

Por María Antonieta FLORES

(https://es.wikipedia.org/wiki/María_Antonieta_Flores)

Ahora ALEPH universitaria se ha abierto para que nos aproximemos a la palabra poética de Marisol Marrero quien –en sus ocho libros publicados- testimonia uno de los fines esenciales de la escritura: la interminable búsqueda de la voz.

No deja de ser necesario, creo, esbozar brevemente una visión de su poesía, considerada transformación, o en una imagen más clara de mí, como un viaje donde cada poemario es un episodio de este largo anhelo por Itaca.

Desde esta orilla la he leído y he encontrado que sus primeros poemas pueden expresar el desmembramiento, la ruptura del yo, para que, desde lo destruido, iniciara una búsqueda de los orígenes, proceso que se da desde la exploración de sus raíces familiares y ancestrales.

En su obra, https://raizdeguzman.com/quien-es-dionisio-mitologia-griega-vino/ –deidad de las mujeres- preside el cortejo. Y los poemas han hallado el ritmo de la furia y el furor para andar en pos de una estética de la rabia de la hembra, rabia que habita lo más profundo de los rincones de lo femenino, fuerza arrasadora de https://sobreleyendas.com/2012/03/30/kali-diosa-hindu/, amenaza destructora, paso de https://kupdf.net/download/hecate-la-luz-que-ilumina-las-sombras_5a284415e2b6f5c7486225ca_pdf.

Pero detrás de esta propuesta se esconde la ternura de la mujer que hila, que atesora historia: el pasado, el dolor, y se esconde la herida, vieja y nueva, de ser mujer y de amar.

Es así como en su voz Marisol Marrero es guanche y bruja, pues el misterio y lo arcaico de las raíces canarias le han permitido acercarse a los secretos de la poesía, aproximación que se ha sostenido en el eros y en la ferocidad vital de aquella que se aferra al único e inasible universo de lo poético, sin conocer enteramente su naturaleza.

Para concluir, queda ella así en ALEPH universitaria, para irla encontrando en su propia voz y en la de aquellos que se han detenido, la han leído y ahora comparten esa lectura con nosotros.