DESAHUCIADOS (ANÁLISIS DE URANGA)

«En la lucha que emprendemos/para dignamente vivir,/todos somos ideólogos y propulsores/de la desigualdad y criminalidad./No hay una persona en el mundo/que ignore que es finita;/pese a lo cual, siempre irrumpe quien propugna ventajas/de unos en perjuicio de otros,/tras condenar a la mayoría recibir vejámenes/y padecer hambre fortuitamente./Amados seamos los habitantes de Terrado,/porque pronto serán abolidos los sufrimientos»

(J. URE en Desahuciados)

Por Melissa URANGA

A pesar que nunca había escuchado sobre la ciudad de «Humandetritus», al leer por primera vez sobre ella en la novela Desahuciados (de Alberto JIMÉNEZ URE) tuve la impresión que ya la conocía: o, quizás, fue que los habitantes de Humandetritus me hicieron recordar a mis amigos de Cuba, quienes, durante más de 40 años, no han gozado de Libertad de Expresión. O, tal vez, recordé a las mujeres de Afganistán, que, por años, han sido sometidas a seguir unas reglas que considero estúpidas y ortodoxas (disculpen la palabra, pero no encontré otra más original que esa), donde las obligaban a usar un velo para no mostrar el rostro. No se pueden escuchar sus pasos, ni disfrutar de sus sonrisas. O, ¿será que la ciudad de Humandetritus me recuerda a mi país Venezuela? Que, durante años, ha sido gobernada por unos cuantos «Tiranushocicos Demócratas» (traducido yo los llamaría tiranos demócratas)

Ya que estoy hablando sobre mi país, sería interesante conocer como defino su política. Es momento para aclarar que, de asuntos políticos, no sé nada; lo único que sé sobre ella, y eso porque lo leí en un artículo, es que «[…] es el arte referente al gobierno de los estados […]» Asimismo, revisé un reportaje  sobre el nicaragüense Sergio RAMÍREZ, donde él define la política como «[…] una droga […]», porque el poder tiene muchos atributos; luego, agrega «[…]los hábitos del poderoso son muy distintos a los de uno, siempre hay alguien que te abre la puerta, alguien que te carga el maletín e inclusive alguien que paga por uno […]»Esta es una pequeña idea, hasta ahora, de lo que entiendo por política.

Cuando leí por primera vez sobre los personajes «Afrodita Amelians», «fósfurus de Antares», «Palas de Athenais», «Dioscuro» y «Esculapio», de la novela Desahuciados, no pude dejar de pensar en el término «escuálidos»: muy común en nuestros días, y cada vez que los veía en mi lectura los calificaba como escuálidos. No voy a negarles que, entre risas, llegue a pensar que  «Tiranushocico Demócrata» fue CHÁVEZ, y me asustaba el hecho que este señor hubiese tenido la oportunidad de leer este libro e introdujera esas leyes en su gobierno. No me hubiese extrañado que un día lo hiciera, y en cadena nacional de cuatro horas. Pudo decirnos que había formulado tres nuevas reglas para la Constitución:  Primera.- «A quien expresara su deseo de conspirar, instigase a terceros para que lo hiciesen, con el propósito de fomentar actitudes insurgentes o rebeliones contra mí, le será impuesta la  Pena de Devoramiento Vivo»; Segunda.- «Difundir oralmente ideas u opiniones contra mi persona o mi régimen, es una osadía que cobraré al infractor con la Pena de Amputación de Lengua»; Tercera y última.- «Diseminar, por escrito, ideas u opiniones contra mi persona o mi régimen es un atrevimiento que castigare con Pena de Amputación de Manos». ¿Ustedes se imaginan si esto sucede? Dios nos libre de semejante situación!

Cuando se habla de Política, un mar de interrogantes navegan sobre mi mente. Yo asocio el término «Política» con poder, no hay otra razón  para que tantos quieran formar parte de ella, sino el maravilloso poder que la acompaña siempre, sobre todo cuando se trata de gobernar un país y ser nombrado «El Indiscutible». Desde hace años, grupos de personas como los desahuciados han estado luchando por la libertad, esa palabra de solo ocho letras, pero, de gran importancia que significa mucho para todos los seres humanos. ¿Cuántas «Afrodita Amelians» han existido y seguirán existiendo en diferentes geografías, y cambiando de género en género? Pero, al igual que ella: ¿cuantos han fracasado?

Que lo diga Carlos MARX, con todo su «Materialismo Histórico», y su cuestión social. Como hay otros que han triunfado en sus objetivos, para más tarde decaer ante el poder y tirar sus ideales al pipote de la basura, como ocurrió con el personaje Meghomio de la novela: «[…] Dieciocho años más tarde, el presidente publicó un decreto en el que anunciaba la abolición de las elecciones en Terrado. Se autonombró Humanuntiranus» ¿Saben a quién me recuerda Meghomio? Al presidente cubano, Fidel CASTRO, quien comenzó con las mejores propuestas de la mano de su Movimiento 26 de Julio desde la provincia de oriente (la Sierra Maestra) acompañado de un grupo de personas que creían en él y lo veían como el gran «Therion», el salvador de su libertad. Los cubanos pensaron ese era el hombre que los haría un pueblo libre. Al fin se librarían del (c…) Fulgencio BAPTISTA (le antecede una palabra que no vale la pena repetir).

Pero, en la Habana los cubanos quedaron como seguramente quedarían los ciudadanos de Terrado: con los ojos pelados, las manos abiertas y sin poder decir ni hacer nada. Otra que también quedo sorprendida fue AfoditaAmelians quien lucho tanto por el Universal derecho a la Existencia Digna, y su propio hijo terminó convirtiéndose en un déspota: «[…] Afrodito Ptte Amelians gobernó en Terrado en el curso de más de cincuenta años de la centuria XXI. Se hizo llamar Primer Príncipe, o El Indiscutible […] doblegaría cada vez más a los habitantes que se le resistían y los condenaría a experimentar crueldades que, por indignación, no narraré […]» El poder siempre vence sobre la moral y más cuando se es humano.

¿Cuántos venezolanos han soñado con el país perfecto? A estas alturas, ya se cansaron de creer en la honestidad: porque siempre se encargan de ensuciarla. Pienso: ¿cómo será el mundo en el 2100? ¿Será que los carros ya no andarán por carretera, vendrá la era espacial? ¿Todo será virtual? ¿Ya no tendré que usar la cocina? ¡Yuppppiiii! ¿Se acabara la corrupción? ¿Renacerá un Juan Vicente GÓMEZ? Con tantos avances tecnológicos, nunca se sabe. ¿Será que encontraran la fórmula perfecta para clonar a las personas? ¿Ya no se necesitarán los hombres para procrear? ¿Y la reproducción será «una acción exclusiva de los científicos de la Casta Mayor de Aventajados, de la novela Desahuciados»? ¡Ojala nunca llegue a suceder!. Vale la pena aclarar que llamamos aventajados a todo aquel que sostenga el poder, así sea por un dedo y los medios para manejarlo.

¿Llegara el día que nos convertiremos en «esperpentos»? Si la situación del país sigue por este camino necesitaremos más que un grupo de personas para combatir y luchar por nuestro país, pero… «[…] aún en fase esperpéntica, puedes combatir contra el imperio de aventajados y nuestra muerte tendría otra significación: la defensa de la dignidad de nuestra especie […]»Hace muchos años los venezolanos salieron de sus casas a votar y creyeron que, al fin, había llegado «El Hombre» (el mesiánico que escuché decir a muchos). El cambio «revolucionario» llegó: ¿se acabó la corrupción, la pobreza, el hambre, ya no habrá más niños en la calle? ¿Bravoooo! ¡Ah¡ ¡ah¡ ¡ah¡, somos felices para siempre, al fin. Y, a los pobres terracos «[…] les faltó malicia para sospechar que algo tramaba el Tiranushocico Democratta».

Nunca se imaginarían los pobres terracos que el hombre los decepcionaría, ¡y de qué manera! Aunque, no voy a negar que si hubo un gran cambio, pero de peor a peor  + 1 millón de Meghomios. ¡Ya se! ¡Tú eres el verdadero Meghomio! Y, el Presidente dijo: 1.- «[…] Rescatare de las calles a los dementes, niños abandonados, mendigos, ancianos e indigentes» 2.- «[…] Aboliré esas mafias institucionalizadas conocidos como partidos políticos» 3.- «Suspenderé los cursis, costosísimos e inútiles viajes presidenciales» 4.- «Aboliré los inútiles e infames parlamentos». Acabamos de ver unas cuantas mentiras al Soberano.

¿Cuántas personas no hemos deseado un país «libre de infamias»? Donde… «[…] vivirán emancipados de todo lo que duele, nunca de la palabra y la acción».  No sé mucho sobre política, ni partidos políticos, pero, pienso y aún tengo el libre derecho de opinar. Lo único que espero es que nunca nadie me lo quite porque no lo pensaría dos veces para convertirme en una Afrodita Amelians, y lucharía por mis derechos. Espero no se tenga que llegar a los extremos de una guerra para socorrer y librar a nuestro país de manos de otro «Tiranushocico Demócrata».

Señores: desahuciados somos todos los que vivimos bajo un sistema político que no esté dispuesto a razonar. Desahuciados aún hay en Venezuela, lo único que no quiero ni deseo es llegar a ser un esperpento y… «[…] si intentan imponer límites a mi libertad de expresión lo hacen por carceleros o prepotentes […]»

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